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Estrategias en psicología para seguir perdiendo peso

Para empezar, queremos aclarar que la única manera realmente efectiva de adelgazar y de que esa pérdida de peso sea duradera en el tiempo, es hacer un cambio de hábitos. Esto comporta comer sano y realizar ejercicio. Sin embargo, empezar a hacer ese cambio no siempre es sencillo, ya que contamos con una rutina muy integrada de hace años y o no sabemos cómo cambiarla o hay algunos problemas detrás que hacen que mantengamos esos hábitos poco saludables.

Ahí es donde la psicología nos puede apoyar y ayudar a llevar a cabo dichos cambios. En FitWorld te compartimos algunas técnicas que puedes poner en práctica y adoptar un nuevo estilo de vida fitness.

Estrategias psicológicas que nos ayudan a adelgazar

#1 Utiliza tu imaginación

Algunas investigaciones sugieren que imaginarte numerosas veces comiendo un tipo de comida concreta hace que acabes sintiendo menos deseo de comer ese alimento y, por lo tanto, lo comas menos. Es decir, que hacerte una representación mental puede generar habituación al estímulo. Esta puede ser una técnica útil si hay algún alimento concreto que sabes que no es sano, pero sientes mucho deseo de comer. De todas formas, esta técnica solo debería llevarse a cabo cuando estamos dispuestos a dedicarle tiempo y esfuerzo, porque imaginarte comiendo un alimento unas pocas veces – y no las suficientes como para crear la habituación – puede provocar el efecto contrario y acabar comiendo más.

#2 Ir a la compra con el estómago lleno

Hacer la compra con hambre no solo provoca que compremos más comida de la que teníamos prevista, sino que probablemente vamos a adquirir la más llamativa y menos nutritiva. Este es el tipo de comida que te llena rápido, sin aportar ningún tipo de beneficio nutricional y provocando que tengas hambre de nuevo en muy poco tiempo. Además provoca que quieras comprar más cosas materiales no relacionadas con comida.

#3 No hacer dieta

A lo mejor parece contradictorio, pero la realidad es que hacer una dieta muy restrictiva en cuanto a los alimentos puede provocar un antojo intenso y difícilmente controlable de consumir esos alimentos “prohibidos”. Lo ideal es hacer, poco a poco, un cambio en los hábitos alimenticios, sin hacer dietas tan estrictas.

#4 Aprender a manejar la impulsividad

La realidad es que, probablemente, necesitemos ayuda de un profesional de la psicología para este punto. Varios estudios indican, sin embargo, que una mayor impulsividad podría estar relacionada con un mayor consumo de comida con grandes cantidades de grasas saturadas y azúcar añadido. Aprender a controlar nuestra impulsividad podría ser de gran ayuda para mejorar nuestra alimentación.

#5 Tratar la ansiedad

En este caso, igual que en el caso de la impulsividad, lo más probable es que necesitemos ayuda de un profesional. Aunque hay algunas técnicas básicas, como aprender a hacer respiraciones diafragmáticas o bien la relajación progresiva de Jacobson que podemos aprender y seguro nos van a ayudar. En cualquier caso, los problemas de ansiedad, según investigaciones como la de Fitzsimmons-Craft, puede provocar que nos comamos demasiado, probablemente, como método para controlar la ansiedad. Si aprendemos a manejar la ansiedad con técnicas más eficaces y saludables, podríamos evitar tener que recurrir a dichos atracones.

#6 Romper la asociación entre nuestro círculo social y la comida

La realidad es que la mayoría de nosotros asociamos la comida a las reuniones sociales. El problema viene en que asociamos las reuniones con amigos a la comida insana o comida chatarra. Por lo tanto, es más posible que aunque en casa nos cuidemos, cuando salgamos con los amigos acabemos comiendo alimentos que sabemos que son poco sanos y perjudiciales. Romper esa asociación podría ayudarnos a mantener hábitos saludables estemos con quien estemos.

#7 Si no lo veo, no lo como

Según un estudio realizado por Wansink y su equipo, comemos lo que tenemos a la vista. Estos investigadores encontraron que las personas que en sus cocinas tenían la fruta a la vista, pesaban menos que las que tenían dulces, cereales o bebidas azucaradas. El consejo, por lo tanto, sería retirar de nuestro hogar, o al menos de nuestra vista, los alimentos menos sanos y cambiarlos por los sanos. Porque nos comeremos lo que veamos.


Todas estas técnicas nos ayudan a pasar sin esa comida insana a la que tan acostumbrados estamos y el facilitarnos la transición hacía una vida saludable, además de tratar los problemas subyacentes, como la ansiedad, que pueden estar manteniendo nuestro estilo de vida poco saludable. Cuanto más los pongamos en práctica, más saludables nos sentiremos y más fácil será convertir este cambio de rutina en un hábito.

En FitWorld buscamos que las personas compartan sus logros, experiencias y hábitos motivando a otras personas a superarse y cada día obtener mejores resultados. ¡Compártenos tus experiencias en pontefit@fitworld.mx!

Fuente: Xataka Ciencia

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