¿Por qué no todas las calorías son iguales?

Muchas personas suelen “contar” calorías o al menos mirar con atención el aporte energético de cada alimento que ingieren. Sin embargo, pocas saben que no todas las calorías son iguales.

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¿Por qué no son iguales las calorías del pollo que de un refresco?

Cuando hablamos de calorías hablamos de la cantidad de energía que ofrecen diferentes alimentos y mencionamos calorías como la unidad energética que comparten.

Sin embargo, aunque las calorías son siempre calorías, debemos prestar atención a su origen y por ello, las calorías de un refresco nunca serán iguales a las de una pechuga de pollo.

Es decir, si tomamos de ejemplo 300 ml de refresco azucarado y 100 gramos de pechuga de pollo, representan un aporte calórico similar, pero nunca será igual para nuestro cuerpo, ya que las calorías del refresco derivan de azúcares añadidos en su totalidad, mientras que las de la pechuga de pollo son producto de su gran aporte proteico y cuentan con un mínimo contenido de grasas.

Aunque la cantidad de calorías puede ser igual, su origen y efecto en el organismo varía considerablemente de un alimento a otro. Las calorías derivadas de azúcares añadidos elevarán rápidamente la glucosa en sangre, no nos sacian y su consumo a largo plazo puede ocasionar diferentes consecuencias, mientras que las calorías derivadas del pollo si nos sacian por su alto aporte proteico, no podrán almacenarse si no se utilizan y por si fuera poco, en nuestro cuerpo demandan un mayor gasto metabólico que los azúcares.

Por eso, la calidad de las calorías hace una gran diferencia y nunca será igual la energía que deriva de azúcares añadidos o grasas trans que aquella que provee proteínas o fibra.

El aporte energético de diferentes nutrientes

Las calorías nos brindan energía mientras que las vitaminas y minerales tienen función nutricional pero no aportan calorías.

Así, entre los principales nutrientes energéticos podemos encontrar los hidratos, las proteínas y las grasas. Por otro lado, también debemos tener en cuenta las calorías que ofrecen la fibra y el alcohol, que pueden hacerse presente en gran variedad de alimentos o preparaciones.

Los hidratos de carbono (simples o complejos, azúcares o no) aportan 4 Kcal por cada gramo, al igual que las proteínas y las grasas que nos aportan 9 Kcal por gramo. Por su parte, la fibra ofrece sólo 2 Kcal por gramo y aunque el alcohol no es un nutriente, aporta 7 Kcal por gramo cuando se ingiere.

Además del aporte energético de cada nutriente que es el que se considera al momento de estimar las calorías totales de un producto y elaborar su información nutricional, no debemos olvidar que el cuerpo gasta calorías para digerir los diferentes nutrientes.

Así, del total de calorías derivadas de grasas, un 2,5 por ciento se gastan en su metabolismo, mientras que el 7 por ciento de las calorías que ofrecen hidratos se consumen en su digestión y las proteínas, demandan un gasto metabólico del 27 por ciento. Es decir, del total de calorías derivadas de proteínas, más de un cuarto desaparecen en su metabolismo y no llegan a nuestro cuerpo como energía.

Esto último que mencionamos, pocas veces se tiene en cuenta. Si buscamos las mejores calorías para adelgazar, debemos considerar que las que ofrecen las proteínas son unas de las que más nos ayudarán, pues no sólo son el nutriente que más saciedad producen sino que al mismo tiempo, no tienen posibilidad de almacenarse en el cuerpo como sí tienen los hidratos y grasas y demandan un gran gasto calórico para digerirse.

¿Quieres adelgazar? Ve más allá de las calorías

Estar al pendiente de las calorías es lo más frecuente que hacemos al momento de perder peso, y mucho se debe al gran marketing que llevan detrás. Sin embargo, el aporte calórico, la energía, calorías o valor energético no es todo lo que cuenta.

Si queremos adelgazar debemos mirar más allá de las calorías, pues basarnos sólo en este dato puede conducirnos a errores que entorpezcan nuestro plan de pérdida de peso. Por ejemplo: podemos escoger un vaso de refresco que aporta 88 Kcal para calmar las ansias de dulces en reemplazo de una ración de 150 gramos de higos que supera dichas calorías, pero las primeras tienen una calidad muy inferior que las segundas y nutrientes así como ingredientes que pueden perjudicarnos a la hora de bajar de peso.

Además del aporte energético cuenta cuánto sacian, si promueven o no una conducta adictiva, si se acompañan de buenos nutrientes, si se encuentran diluidas o no en un gran volumen, si cuesta digerirlas, entre otros factores. Por eso, lo más importante es mirar la calidad de lo que comemos más allá de la cantidad de calorías que aporta cada alimento o plato.

Mismas calorías pero diferentes nutrientes

Para demostrar que no sólo las calorías importan y que siempre debemos mirar más allá de las mismas, te compartimos algunos ejemplos con igual aporte energético pero de muy diferente calidad:

3 manzanas = 1 barrita energética: consumir 3 manzanas frescas es equivalente en calorías a una barrita energética. Ambas opciones ofrecen en promedio unas 180 Kcal pero las primeras concentran dicha energía en un volumen muy superior que la barrita. Además, consumidas con piel sacian mucho más, se acompañan de vitaminas, minerales y fibra. Por su parte, la barrita energética puede esconder grasas trans y azúcares añadidos.

1 naranja = 1 galleta Oreo: las dos alternativas aportan 45 Kcal, pero la primera lo hace en 120 gramos de alimento mientras que la segunda en menos de 10 gramos. El volumen ya nos habla de la mayor saciedad que puede producir la naranja, pero además, en esta tenemos vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, totalmente ausentes en la galleta en la cual predomina el azúcar, la grasa y los aditivos propios de un ultraprocesado.

1 huevo = 4 caramelos: el huevo está lleno de proteínas que sacian y grasas así como vitaminas y minerales. Posee 80 Kcal al igual que cuatro caramelos que son puro azúcar añadido industrialmente y por lo tanto, no sacian en absoluto sino que por el contrario, promueven una conducta adictiva.

600 gramos de brócoli = 2 vasos de refresco: aunque ambos ofrecen 200 Kcal está claro que la diferencia nutricional y el efecto de ambas opciones en el organismo es muy diferente. Mientras el brócoli nos sacia, nutre y beneficia la salud, el refresco solamente nos provee calorías vacías y variedad de sustancias que pueden resultar adictivas.

200 gramos de pechuga de pavo = 50 gramos de cereales azucarados: ambas opciones proveen aproximadamente 230 Kcal, pero mientras que la primera opción es un alimento fresco, la segunda es de origen industrial y por lo tanto, se encuentra colmada de nutrientes de mala calidad como azúcares, sodio y grasas trans así como también, concentra en poco volumen muchas calorías que no sacian como sí lo hacen las proteínas magras de la pechuga de pavo.


No sirve de nada escoger los productos o alimentos con pocas calorías, pues no todas las calorías son iguales sino que hay muchos otros factores que debemos considerar al momento de adelgazar cuidando la salud con lo que comemos.

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Fuente: Vitónica

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