Si eres de esos corredores que son capaces de seguir corriendo aun cuando los termómetros están por las nubes, debes de tener en cuenta los siguientes errores muy frecuentes, que pueden llegar a pasarte factura, y que en FitWorld te compartimos.
No calentar
“Si solo voy a correr media horita, ¿para qué voy a calentar?” Si vas a correr después de pasar más de ocho horas sentado delante de tu computadora en la oficina, quizás sí que es buena idea comenzar poco a poco a moverte e ir despertando tus músculos y movilizando tus articulaciones.
No consiste en terminar lo antes posible para volver a casa y dejar de pasar calor, sino en hacer un entrenamiento de calidad que implique la prevención en la aparición de posibles lesiones. Es recomendable unos minutos de caminata rápida para poner al cuerpo sobre aviso de que le vas a demandar un esfuerzo notable.
Abrigarte demasiado
En temporada primaveral en México hace bastante calor y has tomado la no muy meditada decisión de salir a correr con mallones y playera de manga larga. Más allá de la moda, vistiéndote de más estás poniendo en riesgo tu salud. No utilizar la ropa adecuada (manga corta y, si puede ser, de tejido técnico) estás dificultando la evacuación del sudor: un mecanismo de nuestro cuerpo que actúa para refrescarnos cuando su temperatura es demasiado elevada. Además, estás contribuyendo a elevar la temperatura de tu cuerpo en un par de grados más, que seguramente, te harán sentir incomodidad.
Recuerda que es mejor siempre pasar algo de frío antes de empezar a correr (que seguramente no será el caso) que una deshidratación en medio de tu entrenamiento o en una carrera.
Olvidar el bloqueador solar
No proteger nuestra piel de forma adecuada puede pasarnos factura. Elegir un bloqueador solar de acuerdo a nuestras necesidades, de amplio espectro y con un factor de protección solar alto, es fundamental para protegernos del sol. También el uso de una gorra para proteger nuestra cabeza y de lentes de sol para mantener a salvo nuestros ojos, serían indispensables.
Recuerda que ya hay productos de protección solar específicos para deportistas, que mantienen la protección intacta a pesar del sudor, de fácil aplicación y que no se transforman en una pasta cuando rompemos a sudar. Extiende el protector solar por las zonas de tu cuerpo que queden al descubierto e insiste en lugares donde la piel es más sensible, como la nuca, los hombros, el escote y la parte superior de las orejas.
No modificar los entrenamientos para entrenar con calor
Nuestro organismo sufre alteraciones a la hora de entrenar con calor: las pulsaciones suben más de lo que estamos acostumbrados, la respiración es más entrecortada, la fatiga aparece con mayor facilidad y los tiempos de recuperación tras un entrenamiento son más largos.
Por eso es importante que, en la medida de lo posible, adaptemos nuestros entrenamientos para las altas temperaturas: incluir más sesiones de fuerza en el gimnasio, donde la temperatura es más adecuada, reducir la intensidad o los tiempos de nuestras salidas o modificar nuestro horario de salir a correr son pequeños cambios que harán que nuestro entrenamiento sea más agradable y menos peligroso.
No realizar una correcta ingesta pre-entrenamiento
Debido a las altas temperaturas, es frecuente que comamos menos de lo que lo hacemos el resto del año: aumenta el consumo de frutas, verduras y hortalizas, más apetecibles en esta época. Esto es muy beneficioso pero debemos ser conscientes de que su aporte calórico es reducido y de que debemos seguir manteniendo una ingesta de calorías adecuada a nuestras necesidades, sobre todo si somos deportistas.
Muchas personas, además, suelen caer en dietas muy restrictivas en esta temporada que no aportan una correcta cantidad de nutrientes a su organismo. Si tu objetivo es perder unos kilos de cara a las vacaciones de verano, la solución no pasa por dejar de comer sistemáticamente o por llevar dietas de 800 kilocalorías que son peligrosas para la salud. Céntrate en consumir alimentos de calidad en lugar de productos ultraprocesados y en aportar los nutrientes necesarios para tener un buen rendimiento en tus entrenamientos.
Descuidar la hidratación antes, durante y después del entrenamiento
La hidratación es una parte muy importante del entrenamiento de running durante todo el año, pero mucho más si hace calor, ya que las altas temperaturas facilitan la deshidratación y el golpe de calor en los corredores. Mantenernos bien hidratados durante todo el día es básico para nuestro rendimiento y, sobre todo, para preservar nuestra salud.
Bebe pequeños sorbos de agua antes de salir a entrenar y lleva contigo una mochila de hidratación con un par de cantimploras llenas de agua fresca. Al terminar tu entrenamiento, rehidrátate con agua y, si este ha sido muy intenso, puede que con una bebida con sales minerales.
Sobreentrenar para compensar una mala comida
A pesar de que con el calor comemos más frutas, verduras y hortalizas, es frecuente que también “abusemos” de otras cosas menos saludables como los helados o los frapuccinos. Eso, sumado a que sentimos la necesidad de preparar nuestro cuerpo para vernos bien en el cada vez más cercano verano, puede derivar en la teoría de “bueno, como hoy me comí dos helados, en vez de salir a correr una hora, correré dos para quemarlos”. Y así de fácil podemos caer en el sobreentrenamiento.
Hacer ejercicio para compensar una mala ingesta no es una buena idea, sobre todo por el hecho de que tendemos a subestimar lo que comemos y a sobreestimar lo que quemamos (gastamos menos energía de lo que creemos y consumimos más). También porque podemos entrar en una dinámica de “no me importa lo que como porque luego lo voy a quemar” siendo esta la excusa perfecta para solamente llenarnos de comida chatarra y descuidar nuestra alimentación.
En FitWorld buscamos que las personas compartan sus logros, experiencias y hábitos motivando a otras personas a superarse y cada día obtener mejores resultados. ¡Compártenos tus experiencias en pontefit@fitworld.mx!
Fuente: Vitónica