Cómo el deporte influye en tus emociones

Con frecuencia se dice que la mente juega un papel muy importante en las actividades deportivas. Es habitual escuchar que “se juega más con la cabeza que con los pies” o “a mi cuerpo no le apetecía ir a entrenar, pero me mentalicé y…” Sin embargo, si se suma mente y cuerpo ¿tenemos ya a un buen deportista? ¿Estos dos ingredientes son suficientes para conformar la práctica deportiva? La respuesta es no, ya que faltaría otro elemento de gran importancia: las emociones.

En FitWorld entendemos por “fit” o “fitness” un estilo de vida que equilibra actividades físicas, alimentación saludable, disciplina mental, responsabilidad social y actitud positiva hacia el mundo que te rodea.

¿Qué son las emociones?

Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia.

Las emociones en definitiva, son el motor que nos impulsa, que nos da fuerza y nos motiva. La palabra motivación deriva del latín motivus o motus, que significa “causa del movimiento”. Es decir, tras el movimiento, hay emoción. Las emociones nos dan la fuerza psicológica necesaria para activar el cuerpo hacia una actividad deportiva.

Cuerpo y emociones

El cuerpo y las emociones tienen mucho que ver entre sí. Las emociones se alojan en el cuerpo y de esta manera, las sentimos. Una ligera presión en el pecho puede darme la impresión de estar alegre o triste, un frío trémulo me señala miedo, una tensión en mis mandíbulas y manos me indican rabia… y así con cada una de las emociones. Por el contrario, la mente y sus pensamientos no se sienten y si llegamos a sentir algo es porque que nos hemos emocionado de alguna manera. Un mismo pensamiento puede emocionar a una persona y no inmutar a otra que no tenga ninguna implicación.

¿Es lo mismo emoción que sentimiento? Concretamente, la emoción es manifestación corporal breve e intensa y los sentimientos es un compendio de emociones más moderadas y prolongadas en el tiempo, y de mayor diálogo con la mente. Si a las emociones le añadimos el ingrediente de los pensamientos, tenemos a los sentimientos.

Descanso para tu mente con deporte

Muchos pensamientos que tenemos a lo largo del día –y de nuestra vida- son irracionales, absurdos, repetitivos, supersticiosos y altamente tóxicos, haciendo que nos rindamos ante cualquier adversidad. Como los pensamientos pasan del pasado y al futuro rápidamente, nos alejamos del presente y por tanto suspendemos la experiencia vital del ahora.

Pensar más no nos hace más inteligentes. Hay estudios que han demostrado que las personas más inteligentes usan menos su actividad cerebral y utilizan menos recursos cerebrales que el resto de las personas, es decir, gastan menos energía pero son más eficientes. Por lo que un descanso mental nos ayuda a ser más resolutivos.

El deporte puede ser la solución ya que hace al organismo más eficiente al limitar el cómputo de pensamientos y priorizar más al cuerpo y las emociones. Cuando practicamos deporte, la facultad de pensar es diferente: la mente se hace más volátil puesto que invertimos mayor dedicación a nuestros recursos corporales. Nos pesan menos los pensamientos al prestar una mayor atención al cuerpo. Con ello conseguimos algo maravilloso que es vivir más en el presente. Si hay menos volumen de pensamientos, nos complicamos menos y nos sentimos más vivos, más en el ahora.

¿Las emociones ayudan a ser mejor deportista?

El movimiento físico beneficia al área emocional. Pero… ¿Y en la otra dirección? ¿Es posible que las emociones ayuden a la práctica deportiva?

Las emociones son energía potente y la energía es la fuerza que permite el movimiento. Así, las emociones nos mueven por dentro: sentimos cambios en la temperatura, en la presión, alteraciones en la respiración, hay sudoración, cambios en el ritmo cardíaco, etc. Las emociones, a su manera, son movimientos para los que se emplea energía. A su vez, el movimiento físico y el deporte requieren energía. Desde esa lógica, podemos canalizar esa fuerza emocional para emplearla en la energía motriz.

Hay emociones que son tan fuertes que solamente podemos rendirnos hacia. Pero también, en otros casos, podemos suscitar emociones o manipular nuestro cerebro para emplear la energía emocional en pro de la práctica deportiva.

Por otra parte, podemos crear estrategias para motivarnos para el deporte o sobrellevarlo mejor. Las emociones dependen de la mente y el cuerpo. Por tanto, si queremos motivarnos tenemos que emplear los pensamientos y nuestro organismo a favor de unas emociones prodeportivas.


Queda claro que nutrir a la mente sobre el deporte fomenta el entusiasmo hacia éste.

En FitWorld te canalizamos con los mejores expertos que te ayudarán a diseñar tu propio plan de entrenamiento fitness, un plan con el que lograrás conseguir todos tus objetivos evitando lesiones. Puedes contactarnos al correo electrónico pontefit@fitworld.mx ¡Ponte fit, Actívate!

Fuente: Sportlife

Related Post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *