Si ya llevas un tiempo en el gimnasio pero consideras que no has visto los resultados que esperabas, aquí te diremos 9 errores que probablemente están provocando para que no logres tus metas.
En FitWorld te apoyamos y acompañamos en el viaje hacia la transformación fit para que logres todas tus metas en el mundo del fitness.
#1 Pensar que en poco tiempo veremos resultados sorprendentes. Esto es un grave error que frena que adelgaces, pues genera frustración. En primer lugar, el cuerpo necesita tiempo para adaptar los estímulos que le damos con el entrenamiento para que se produzcan mejoras, y en segundo lugar es que al ir con esa mentalidad nos vamos a desmotivar rápido: al no ver los resultados esperados vamos a querer abandonarlo. Los efectos se observan por trimestre (serán significativos) y dependen del nivel de condición física que ya se tuviera anteriormente.
#2 Entrenar menos de dos días a la semana. Es verdaderamente imposible ver cambios si solo vamos dos o tres días a la semana al gimnasio. Al menos para empezar a ver cambios requieres de ir cinco días. La constancia y los buenos hábitos son la clave. Crear un horario y respetarlo marcará la diferencia. Además, deberás evitar poner pretextos para no ir, a menos que sea una verdadera emergencia.
#3 Limitarse a las abdominales para lograr un vientre plano. No conseguirás un vientre plano por hacer 100 abdominales diarias. Ejercitar una zona determinada no ayuda a perder grasa de esa zona en concreto, como han demostrado numerosos estudios. Afinar el abdomen depende fundamentalmente de la pérdida de grasa, y para ello hay que realizar un entrenamiento enfocado al gasto calórico y combinarlo con una alimentación adecuada que genere un cierto déficit calórico, es decir, gastar más calorías de las que ingerimos.
#4 Mantener una dieta. Para muchos entrenadores la dieta es el 70% del éxito de un cuerpo escultural. De nada sirve que vayamos a matarnos tres horas al gimnasio si llegando a casa comemos lo primero que encontramos frente a nosotros. Es necesario llevar un régimen adecuado y nada mejor que hacerlo que con asesoramiento.
#5 Las pesas son un básico. Si realmente quieres ver cambios ¡tienes que hacer pesas! El cardio debe estar acompañado de un plan de peso libre, de otra forma podremos perder peso pero los músculos estarán flácidos y sin forma. Al cagar peso definiremos, quemaremos más grasas y los músculos crecerán y se verán tonificados.
#6 Esforzarte en cargar más del peso necesario. Muchos tienen la falsa creencia que se debe cargar un peso exagerado para ver cambios, pero la realidad es que el peso es relativo para lograrlo. Una buena rutina no tiene que incluir peso excesivo. El acompañamiento de un experto te permitirá saber cuál es el peso adecuado que puedes cargar para evitar lesiones y empezar a perder masa y ganar músculo.
#7 Mantener la misma intensidad en la bicicleta durante 40 minutos. Las caminadoras y bicicletas estáticas pueden ser herramientas perfectas para entrenar. Lo importante es qué hacemos con ellas. Por ejemplo, el entrenamiento continuo (40 minutos en bicicleta estática al mismo nivel) tiene menos efectividad que si se hacen cambios de ritmo o sprints, en relación con la pérdida de grasa. Si lo queremos es ‘moldear’, realizaremos ejercicios de fuerza después del calentamiento y antes que el cardio, con una clase colectiva tipo zumba o spinning.
#8 No estirar tras el entrenamiento. Si supiéramos la de lesiones a largo plazo que se provocan por falta de estiramiento después del ejercicio, no dudaríamos ni un segundo en hacer este gesto. Se recomienda realizar estiramientos manteniendo la posición de tensión durante 20 segundos sin hacer rebotes. Actividades como Yoga y Pilates integran el trabajo de flexibilidad en sus rutinas y pueden ser interesantes como complemento al entrenamiento cardiovascular y de fuerza. Los estiramientos ayudan a aliviar la tensión muscular, mejoran la movilidad a largo plazo y permiten que la musculatura se regenere más rápidamente.
#9 Practicar siempre la misma rutina y no descansar. Un error muy común es mantener la misma rutina de entrenamiento durante demasiado tiempo. En opinión de expertos, el cuerpo se adapta y deja de provocar mejoras. Por ello, es recomendable cambiarla cada cuatro o seis semanas como máximo. Otro error frecuente en gente que está bastante en forma y entrena habitualmente es no respetar el descanso. El cuerpo necesita detenerse para poder asimilar el entrenamiento. Si no reposamos una o dos veces en semana, corremos el riesgo de sobreentrenarnos y conseguir lo contrario a lo que buscamos.
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