Algunos alimentos procesados o mínimamente procesados cuentan con una calidad nutricional aceptable y podemos incluir en el marco de una dieta equilibrada. Sin embargo, también existen productos que parecen sanos pero que no debes meter en tu carro de la compra y que hoy te compartimos.
En FitWorld entendemos por “fit” o “fitness” un estilo de vida que equilibra actividades físicas, alimentación saludable, disciplina mental, responsabilidad social y actitud positiva hacia el mundo que te rodea. Te acompañamos en el viaje hacia la transformación fit.
Pechuga de pavo envasada (carne fría)
La carne de pavo, sobre todo su pechuga, es una de las más ricas en proteínas y bajas en grasas y por lo tanto, se espera en el fiambre de pechuga de pavo una calidad semejante. Esto dista mucho de ser real debido a que ésta última opción es un alimento con muchos añadidos industriales.
Es también una carne procesada y aunque posee proteínas magras, incluye harinas refinadas en forma de almidón así como azúcares y sodio en elevadas proporciones.
En su reemplazo es recomendable acudir a pechuga de pavo o de pollo fresca y cocinada que perfectamente se puede sumar a nuestro sándwich o cortar en lonchas sin acudir a un fiambre de este tipo que incluso, suele tener glutamato monosódico en su composición, un aditivo que se usa para resaltar el sabor y que puede estimular nuestro apetito así como ocasionar otros efectos adversos.
Surimi
Por semejar en su color y consistencia a la carne de cangrejo, siempre consideramos que el surimi es una buena opción para obtener proteínas de calidad como las derivadas del pescado.
Sin embargo, el surimi es carne procesada de pescado, y todas las carnes procesadas deberían reducirse en nuestra dieta si buscamos cuidar la salud. Por ser el resultado de un alto grado de procesamiento, pueden contener aditivos como nitritos y nitratos que perjudican al organismo, así como exceso de sodio, azúcares añadidos y harinas refinadas.
En reemplazo del surimi, una opción fácil es acudir al atún al natural o en aceite de oliva, o bien, a otras opciones enlatadas como el salmón al natural, las sardinas o bien, el bacalao.
Cereales de desayuno estilo “fitness”
Entre los diferentes cereales de desayuno que encontramos en el supermercado se presentan las opciones destinadas al cuidado de la salud mostrando una silueta esbelta o una leyenda que destaca su riqueza en fibra.
Sin embargo las opciones “fitness” más comerciales, suelen esconder en su interior una gran cantidad de azúcar que va desde el 10% hasta el 25% (en las opciones que añaden chocolate).
E incluso, poseen harinas refinadas en su composición, siendo la gran mayoría de sus hidratos azúcares y almidón, por lo tanto, es recomendable reducir su ingesta y en su reemplazo, acudir a cereales naturales e integrales, no procesados ni envasados con notables y atractivas etiquetas.
Así con quinoa, amaranto, avena, germen de trigo y otras opciones más sanas, podemos elaborar variedad de desayunos nutritivos aptos para dejar a un lado los cereales de desayuno comerciales.
Licuados de frutas comerciales
Los licuados que solemos elaborar en casa, a base de frutas con leche o agua junto a otros ingredientes, son muy sanos, ya que reúnen azúcares naturales, fibra y muchas veces proteínas así como grasas de calidad. No obstante, los licuados de frutas comerciales como los que podemos encontrar en cualquier cafetería o cadena de comida rápida, tienen una calidad nutricional muy inferior.
La mayoría de ellos poco tienen de fruta fresca y añaden enormes cantidades de azúcar en su interior pudiendo superar los 40 gramos por ración.
También podemos encontrar licuados poco saciantes, a base únicamente de puré de frutas y por ello, sin proteínas ni otros nutrientes buenos más que el azúcar y algo de fibra de los ingredientes que poseen.
Lo mejor es elaborar nuestros licuados en casa, sin añadir azúcares libres y escogiendo ingredientes de calidad o bien, consumir la pieza de fruta entera que siempre es mejor alternativa.
Yogures bajos en grasa y leches fermentadas de sabores
Las leches fermentadas y yogures decremados pueden ser muy diferentes dependiendo de la opción escogida, pues si bien las versiones naturales son fuente de proteínas de calidad con pocas grasas y probióticos u otros fermentos que pueden beneficiarnos, las alternativas saborizadas añaden mucho azúcar en su composición.
Los yogures bebibles o las leches fermentadas y enriquecidas pueden esconder más de un 10% de azúcares en su composición siendo muchos de ellos añadidos industrialmente.
Por eso, en reemplazo de estos productos, lo mejor es acudir a la leche fresca como tal o bien, siempre escoger yogures y leches fermentadas sin sabor, naturales y sin azúcares añadidos en su composición.
Barritas de granola
Son otros de los ultraprocesados del mundo del fitness que suelen engañar mucho por su aspecto y promoción bajo la leyenda “sólo 100 Kcal” o “rica en fibra y proteínas que sacian”.
Sin embargo, todas las barritas comerciales son concentradas en calorías superando las 350 Kcal por cada 100 gramos y además -excepto las 0% azúcar-, poseen una alta proporción de azúcares libres en su composición.
Por otro lado, son opciones poco saciantes, pues la cantidad de fibra por ración así como de proteínas suele ser reducida, mientras que abundan las harinas refinadas o cereales no integrales junto al azúcar.
Galletas ricas en fibra y light
Dentro del mundo de las galletas tenemos variedad de opciones para escoger, sin embargo, siempre acaban siendo un alimento muy procesado cuya calidad nutricional deja mucho que desear.
Las opciones light o reducidas en grasas normalmente esconden una elevada proporción de azúcares libres en su composición, o bien, si se ha reducido su contenido de azúcares, pueden esconder grasa de aceite de palma o grasas trans, dos productos más que deberíamos evitar en nuestra dieta diaria.
Sea cual sea la opción de galleta comercial elegida, todas tienen su semejante a la pastelería industrial, por ello, deberíamos reemplazarlas por galletas caseras sin azúcares añadidos o bien, por tortitas u otras preparaciones artesanales tales como pan integral por ejemplo.
En conclusión: estos productos que parecen muy sanos, pueden resultar engañosos en realidad y no deberíamos añadir a nuestro carrito de la compra si lo que buscamos es tener una vida sana.
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Fuente: Vitónica
