Además de contar con una historia ancestral, el amaranto es nutritivo, delicioso y no hay persona alguna a la que no agrade su sabor. Esta diminuta semilla, un tesoro heredado de los mayas y los aztecas, aporta energía, proteínas de gran calidad y abundantes minerales y vitaminas del grupo B.
El amaranto es uno de los cultivos más antiguos de América y probablemente de la humanidad, pues se han hallado vestigios arqueológicos en tumbas de la región andina que se remontan al año 4000 a.C. De hecho, mayas, incas y aztecas dedicaron amplios territorios a su cultivo.
En sus ceremonias sagradas, los pueblos prehispánicos mezclaban el amaranto con miel y formaban figuras de deidades. Esta práctica despertó el recelo de los primeros conquistadores, que llegaron por ello a prohibir el amaranto.
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Propiedades del amaranto
La composición nutricional del amaranto se ha ganado el título de que sea considerado uno de los 36 vegetales con mayor potencial alimenticio para la humanidad, debido a su riqueza en minerales y proteínas, su resistencia a la sequía y su gran rendimiento agrícola.
Proteínas muy completas
El amaranto constituye una excelente fuente de aminoácidos, muy útil para aumentar el consumo de proteínas de origen vegetal y obtener a la vez muchos otros valiosos nutrientes.
Entre los cereales y pseudocereales el amaranto ocupa una posición destacada: con un 13.6% aporta casi el doble de proteínas que el arroz integral y supera al trigo (11.4%), al alforfón (10%) y al mijo (10.5%).
Energía sana sin gluten
El componente principal de esta semilla son los hidratos de carbono (59%), la gran mayoría de los cuales se encuentran en forma de almidón. Y no vienen acompañados de gluten como ocurre en otros cereales. Como el índice glucémico es bajo también lo pueden tomar los diabéticos.
Más fibra que en otros cereales
El contenido en fibra del amaranto (6.7%) es superior al de la mayoría de los cereales y contribuye a la buena marcha del intestino y al cuidado de la microbiota o flora intestinal.
Rico en minerales
El amaranto es rico en minerales y oligoelementos, lo que lo hace muy reconstituyente. Es una gran fuente de calcio, superior a cualquier otro cereal, y aportan también una buena dosis de magnesio.
Se considera asimismo una excelente fuente de hierro (superior a las espinacas), así como de cinc y selenio, que estimulan el sistema inmunitario.
Campeón en escualeno
El escualeno es una sustancia grasa antioxidante con efectos protectores sobre la piel, el sistema circulatorio y los intestinos.
Esta sustancia se extraía del hígado de tiburón y se le atribuían propiedades anticancerígenas. El amaranto es una fuente vegetal abundante.
Beneficios del amaranto
La extraordinaria composición del amaranto se traduce en una serie de beneficios para el bienestar y la salud.
- Aumenta el rendimiento físico y mental
Se considera muy recomendable para personas que realicen un gran desgaste físico. Y también para estudiantes y otras personas que realizan actividades intelectuales.
Su bajo índice glucémico lo convierte en un buen alimento para el cerebro. Sus hidratos de carbono complejos, la fibra vegetal y sus proteínas contribuyen, en conjunto, a facilitar un suministro constante de glucosa a las neuronas.
- Amigo del corazón
Regula los niveles de colesterol sanguíneo impidiendo la reabsorción del colesterol que produce la bilis. El amaranto es más rico en grasas que la avena y estas son de gran calidad, principalmente poliinsaturadas. Por todo ello es un alimento cardiosaludable.
Además, posee compuestos fenólicos, de efecto antioxidante, y betasitosterol, que contribuye a disminuir el colesterol. Estos compuestos también son útiles en casos de hiperplasia benigna de la próstata.
- Huesos más fuertes
La combinación de calcio, magnesio y fósforo fortalece el sistema óseo y contribuye a proteger frente a la osteoporosis.
El amaranto en la cocina
En la cocina, el amaranto se trata como un cereal. Se puede tomar tostado, hervido, hinchado, en forma de harina o germinado, y puede servir para preparar recetas tanto dulces como saladas.
Tortitas de espinacas con amaranto
Estas tortitas son una excelente forma de comenzar el día con un desayuno fresco y ligero.
Ingredientes
- 1 taza de espinacas
- 2 huevos
- Sal y pimienta al gusto
- 1 cucharada de mantequilla
- 1 taza de amaranto
Preparación
- Corta las espinacas en trocitos.
- Incorpora el huevo y una taza de amaranto. Mezcla y sazona.
- Coloca una a dos cucharadas en un sartén con la mantequilla y cuece a fuego medio por ambos lados.
- Para servir, puedes hacerlo con caldillo de jitomate.
Pescado empanizado con amaranto
Ingredientes
- 4 filetes de pescado sin piel
- 1 cucharadita de pimienta
- 1 ½ cucharadita de sal
- ¼ cucharadita de ajo en polvo
- ½ cucharadita de cebolla en polvo
- ½ cucharadita de paprika en polvo
- ¼ taza de harina de arroz
- 1 huevo
- 1 ½ taza de amaranto
- 2 tazas de aceite vegetal
Preparación
- Mezcla la sal, la pimienta, el ajo, la cebolla y la paprika en polvo.
- Sazona los filetes de pescado por ambos lados.
- Cubre cada uno con harina de arroz, pásalos por el huevo y por último por el amaranto.
- Calienta el aceite vegetal y fríe los filetes. Si lo prefieres, coloca una rejilla sobre una charola para horno, encima acomoda los pescados, rocíalos con un poco de aceite en aerosol y hornéalos a 180°C por 10 minutos.
- Retina del horno y sirve acompañado de verduras al vapor.
Panqué de amaranto y nuez
Consiente a tu familia con este esponjoso panqué de amaranto con nuez, se volverá en uno de tus favoritos.
Ingredientes
- 2/3 taza de harina
- 1 taza de leche
- 1 taza de aceite vegetal
- ¾ de azúcar refinada
- 5 huevos
- 2 cucharaditas de esencia de vainilla
- 4 tazas de amaranto
- 1 cucharada de polvo para hornear
- ½ taza de arándanos
- ¼ taza de nuez finamente picada
- ¼ cucharadita de sal
Preparación
- Coloca en la licuadora el azúcar, el aceite, la leche, la harina, el polvo para hornear, la esencia de vainilla, la sal y los huevos; licúa hasta que todo quede bien incorporado.
- Mezcla el amaranto con los arándanos y la preparación licuada; bate a mano hasta que todo quede bien incorporado.
- Engrasa y enharina un molde para horno, vacía la mezcla hasta llenar 2/3 partes del molde.
- Espolvorea las nueces por encima y hornea a 180°C por 40 minutos o hasta que, al introducir un palillo al centro, éste salga limpio.
- Retira del horno, deja enfriar por 20 minutos, desmolda y enfría por completo a temperatura ambiente.
- Sirve y disfruta.
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Fuente: Cuerpo y Mente