Los trastornos relacionados con el aspecto físico son un tema en el que se trabaja continuamente y esto se debe a que los estándares de belleza son variados en el mundo y así como existen estereotipos diferentes en cada época, también existen alteraciones relacionados con la obsesión de conseguir una figura perfecta.
Anteriormente eran populares problemas como la bulimia y la anorexia, pero en los últimos años están de moda los cuerpos tonificados, atléticos o también conocidos como “fitness”, lo que ha provocado un aumento en el número de casos de la vigorexia.
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La vigorexia o dismorfia muscular es un trastorno que cada vez es más común en México, en el que el individuo se obsesiona de una manera patológica por su estado físico, ya que tiene una percepción errónea de su cuerpo; es decir, se visualizan débiles o enclenques.
La vigorexia también es conocida como “la obsesión por el culto al cuerpo” o “complejo de Adonis” en alusión al dios sirio -incorporado y popularizado posteriormente por la mitología griega- que se caracteriza por ser eternamente joven y sumamente hermoso.
La experta en nutrición deportiva Maggida Nahle, licenciada en Nutrición Humana y Dietética egresada de la Universidad Autónoma de Coahuila, explica que:
“La vigorexia es como una anorexia pero al revés, la similitud entre ambos es que los mantiene el mismo eje corporal, es decir, que altera la percepción propia del cuerpo, se ven a sí mismos delgados y sin fuerza”.
Ese trastorno se tiene más identificado en hombres, pero la publicidad, las redes sociales y la moda están estereotipando a la mujer, y si antes era que lo ideal era estar delgadas ahora son más deportivas, atléticas, y esto provoca ver en aumento los casos de vigorexia.
Este padecimiento se presenta por lo regular en personas que en algún momento tuvieron obesidad o con baja autoestima, que no aceptan su apariencia física, incluso verse al espejo “genera un gran reto o una tortura”.
La especialista agrega que las personas que padecen este trastorno comienzan por consumir productos que no son sanos para el cuerpo, como suplementos, hormonas anabólicas y esteroides de tipo sexual, como la hormona del crecimiento y la testosterona. Dichos productos se consiguen en el mercado negro, porque su consumo provoca graves efectos secundarios, sin embargo, a estas personas suele no importarles, ya que les permiten en tres meses tener un cuerpo de competencia.
“Primero afectan los riñones, porque también consumen muchas proteínas, demasiada cantidad, ya que generalmente deberíamos ingerir 2 gramos por kilogramo de peso cuando se hace deporte, y ellos toman, normalmente, 5 gramos por kilogramo de peso, que es más del doble; entonces, todo ese consumo de proteína hace que el riñón trabaje muchísimo y a la larga se afecta”, asegura la experta.
A corto plazo, por ejemplo, los esteroides en las mujeres les provocan que les salga mucho vello y les cambie la voz, entre otros efectos, y a los hombres les puede dar infertilidad y se vuelven agresivos; en general, sufren ambos sexos ataques de pánico y ansiedad.
Las personas que padecen vigorexia normalmente son 80 por ciento hombres y 20 por ciento mujeres. Sin embargo, en la actualidad los estereotipos están cambiando, por lo que los cuerpos de las mujeres ya se empiezan a poner de moda con músculos y no tan delgados, es decir, este trastorno está aumentando el porcentaje en las mujeres.
Aunque se desconocen las causas por las cuales se llega a presentar este trastorno, el tratamiento consiste en terapias cognitivo-conductual, en grupo y medicamentos.
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Fuente: Reporte Indigo