El cáncer de mama es más frecuente en mujeres. Los avances en diagnóstico y tratamiento este padecimiento han permitido que, en términos generales, el 89 por ciento de las mujeres superen esta enfermedad (datos de la American Cancer Society).
El ejercicio físico no solamente es seguro y factible para las mujeres en tratamiento de cáncer de mama, sino que también les ayuda a mejorar la calidad de vida y probablemente es un factor más para superar del todo la enfermedad.
En FitWorld nos unimos en la lucha contra este terrible padecimiento recomendándote la práctica del ejercicio tanto en la prevención como en la superación del cáncer de mama.
Beneficios del ejercicio físico en el cáncer de mama
El efecto protector del ejercicio físico en el cáncer de mama está demostrado: 150 minutos a la semana de ejercicio físico son suficientes para reducir en un 25-30 por ciento la probabilidad de padecerlo en el futuro.
Sin embargo, una vez diagnosticado, practicar deporte físico también tiene sus ventajas. Lo complicado es comunicárselo a una persona que está en medio de un tratamiento como la quimioterapia, que la deja sin energía. ¿Cómo introducir aquí la idea de que, cuanto más ejercicio practiquemos, menos sufriremos los efectos secundarios y mejor nos encontraremos?
Algunos expertos llevan años analizando estos beneficios en enfermedades como el cáncer de mama, y no hay duda: la práctica de ejercicio aeróbico y de fuerza moderadamente intenso reduce la fatiga, las náuseas y el dolor que las pacientes experimentan.
Los beneficios más importantes del ejercicio en las pacientes que han tenido cáncer se centran en la prevención y reducción de diferentes efectos secundarios de los tratamientos que, por un lado afectan a su calidad de vida y, por otro, afectan a su salud a largo plazo. Los principales efectos secundarios que el ejercicio reduce son todos aquellos relacionados con la composición corporal y el desajuste que esta sufre durante los tratamientos, como disminución de la masa muscular y aumento de la masa grasa. Un desequilibrio que conduce a una obesidad sarcopénica por pérdida de masa muscular y que habitualmente se asocia al proceso de envejecimiento. El ejercicio logra equilibrar de nuevo la cantidad de masa magra y masa grasa devolviéndolo a valores saludables.
Otro efecto secundario muy importante es la recuperación del corazón, ya que este órgano sufre durante la quimioterapia y se ve alterado, produciéndose un efecto denominado cardiotoxicidad. Este efecto secundario puede desencadenar problemas cardiacos a largo plazo, por lo que es muy importante, a través del ejercicio, volver a fortalecer el corazón y mantenerlo activo para prevenir este problema.
Practicar ejercicio con regularidad, ayuda a prevenir y tratar otro efecto secundario -denominado linfedema- que consiste en la inflamación del brazo, provocando limitación funcional y en muchos casos dolor e inmovilidad. Es la secuela más importante del tratamiento del cáncer de mama. Se estima que esta complicación afecta a una de cada 4 mujeres.
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Fuente: ABC