El miso: propiedades, beneficios y recetas fitness

El miso es un alimento originario de Japón al que se le han atribuido infinidad de propiedades y beneficios para la salud. Se trata de una pasta aromatizante fermentada de manera natural (no pasteurizada) con semillas de soya o habas -en ocasiones cereales como arroz, cebada o trigo- y sal marina.

El miso está considerado como un alimento curativo en la antigua cultura china y japonesa y es por esta razón que en FitWorld, te queremos compartir las propiedades y beneficios así como unas deliciosas recetas fitness con miso.

Diferentes tipos de miso

Dependiendo del proceso, tiempo de fermentación y del tipo de productos que se utilicen en la preparación de este alimento, podemos encontrar y adquirir varios tipos de miso: desde aquellos con sabores más suaves hasta los más intensos.

Miso blanco o shiromiso: denominado de este modo por su color más claro, es la modalidad más apreciada por su sutil y suave sabor. Su proceso de fermentación es el más corto: alrededor de un año.

Miso rojo o akamiso: su sabor es más fuerte que el del miso blanco y su proceso de fermentación dura alrededor de dos años.

Miso negro o kuromiso: su sabor es mucho más intenso y su fermentación dura unos tres años.

En función del tipo de productos que se incluyan en su fermentación podemos encontrar desde el Hatchomiso, que es el miso más puro, más oscuro, el que contiene mayor concentración de proteínas y en su fermentación no se incorpora ningún grano añadido de trigo, arroz o cebada, únicamente se realiza a partir de soya.  Hasta otros misos que contienen soya y cebada (Mugimiso), soya y arroz integral (Genmaimiso) o soya y arroz blanco (Komemiso).

Propiedades del miso

En cuanto a su valor proteico, dependiendo del tipo o variedad de miso que elijamos, podemos encontrar desde miso con una concentración de proteínas del 13 por ciento (como en el caso del Mugimiso), hasta aquellos que rondan el 20 por ciento de valor proteico, como el popular Hatchomiso.

Al igual que en legumbres y cereales, el miso contiene altos valores de carbohidratos de lenta absorción, combustible idóneo para nuestros músculos, así como altos niveles de vitamina B12, ácido fólico y minerales como magnesio, calcio y hierro.

Beneficios del miso

Poder antioxidante: ayuda a depurar sustancias tóxicas del organismo a través de la eliminación de radicales libres. Además, es un perfecto alcalinizante que favorece la eliminación de la acidez causada por ciertos alimentos grasos y refinados.

Poder enzimático: en el caso de los misos sin pasteurizar, y sobre todo aquellos en los que la fermentación es artesanal, aparecen grandes concentraciones de enzimas digestivas que favorecen el equilibrio de la flora intestinal y de procesos digestivos complicados.

Su uso en la cocina

El miso cuenta de por sí con un alto contenido en sodio, así que se recomienda añadir poca cantidad de sal y, debido a su alta concentración, la cantidad de miso a utilizar por persona no debe superar una cucharita de postre.

Como consejo para que el producto conserve todas sus cualidades y su valor enzimático digestivo, se recomienda disolver el miso previamente en un poco de agua caliente y añadirlo en el tramo final de las cocciones.

Uno de sus usos más comunes en la cocina es como ingrediente de sopas, aunque también se suele utilizar en platos de arroz y legumbres, como aderezo para ensaladas, pollo y pescados blancos.

Recetas fitness con miso

Sopa de miso con tofu y fideos de arroz

Ingredientes

600 ml. de agua, dos cucharaditas de miso, 5 gr. de alga wakame, una cebolla chica, un sobre de dashi-no-moto (caldo de pescado japonés), 150 gr. de tofu, 40 gr. de fideos de arroz.

Preparación

Hidratamos el alga wakame durante diez minutos en un recipiente con agua. Cuando esté hidratado, lo cortamos en trozos cuadrados. Hervimos el agua junto al dashi-no-moto, retiramos del fuego y añadimos la cebolla cortada en aros finos y los fideos de arroz. Diluimos el miso en un cazo de agua de cocción y vamos añadiéndolo a la sopa, probando para dar con el punto de sabor al gusto. Cortamos el tofu en cuadrados y lo incorporamos a la sopa junto al alga wakame. Servimos al momento.

Berenjena al miso con arroz integral

Ingredientes

2 berenjenas medianas, 1-2 cucharaditas de pasta de miso (al gusto según intensidad), 1 trocito de jengibre, 1 cucharada de vinagre de arroz, 2 cucharadas de salsa de soya, 1 cucharadita de miel, 1/2 cucharadita de salsa Worcestershire (opcional), 1 cucharada de mirin o vino blanco, 1/4 cucharadita de ajo granulado, 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, sal, 1-2 cucharadas de semillas de ajonjolí, arroz integral.

Preparación

Lavar las berenjenas, retirar el extremo del tallo y cortar en cubos de 1-2 cm de largo. Calentar las dos cucharadas de aceite en un sartén amplio y antiadherente o wok y añadir la berenjena. Salar ligeramente y saltear a fuego medio hasta que empiece a dorarse y a reducir, perdiendo parte de su agua.

Pelar el jengibre y picar. Mezclar en un recipiente el miso, el vinagre, la salsa de soya, la miel, la salsa Worcestershire, el mirin o vino y ajo granulado. Echar sobre la berenjena y continuar el salteado a fuego bajo, para que la berenjena termine su cocción caramelizándose suavemente. Hervir arroz integral y servir por separado o mezclar. Agregar semillas de ajonjolí al gusto.

Ensalada templada de calabacitas al miso con hierbas

Ingredientes

1 calabacita grande o 2 pequeñas, 1 cucharadita de miso, 1 cucharadita de hojuelas de levadura de cerveza, 1/2 cucharadita de ajo granulado, 1/2 cucharadita de comino molido, pimienta negra, sal, 1 cucharadita de jugo de limón, 2 cucharadas de vino blanco, caldo o agua, 1-2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 1 manojo de perejil, 1 manojo de albahaca, 1 manojo de eneldo o de tomillo, 6 rábanos pequeños

Preparación

Lavar bien y secar las calabacitas y los rábanos. Cortar las calabacitas en cubos pequeños y los rábanos en rodajitas muy finas. Calentar el aceite de oliva en un sartén antiadherente, plancha o wok y saltear las calabacitas a fuego fuerte un par de minutos. Añadir el ajo granulado, el comino, la levadura en hojuelas y salpimentar.

Añadir el jugo de limón, el miso, el vino y mezclar bien. Bajar el fuego un poco y saltear removiendo constantemente hasta que las calabacitas estén al punto deseado, y los jugos se hayan reducido. Servir en un plato hondo o fuente.

Picar las hierbas bien lavadas y escurrirlas. Mezclar con las calabacitas y añadir los rábanos. Salpimentar un poco si fuera necesario y aderezar con aceite de oliva virgen extra al gusto.


La variedad de preparaciones es ilimitada, pues el miso resulta muy versátil en la cocina y por ello también es una buena opción para sumar nutrientes buenos a nuestra dieta.

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Fuente: Vitónica

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