Para conseguir un peso adecuado y gozar, ante todo, de una buena salud, las dietas milagro no son la solución sino que necesitamos un verdadero cambio de hábitos.
En FitWorld entendemos por “fit” o “fitness” un estilo de vida que equilibra actividades físicas, alimentación saludable, disciplina mental, responsabilidad social y actitud positiva hacia el mundo que te rodea. Te acompañamos en el viaje hacia la transformación fit.
¡Estos son unos hábitos imprescindibles que te ayudarán a lograrlo!
Organizar la compra de alimentos
Todo empieza con una buena compra, pues lo que tenemos en casa es lo que finalmente comemos. Para ello, es básico realizar una compra de alimentos organizada, es decir, planificar lo que necesitamos y no salirnos de la lista, no acudir a comprar con hambre sino mejor después de haber comido, y comprar siempre más alimentos frescos siendo muy útil para ello realizar la compra en el mercado.
Por otro lado, si acudimos al supermercado por algunos productos sanos o que al menos tienen lugar en una dieta equilibrada, lo mejor es mirar el etiquetado de los alimentos antes de comprar, observando con detalle no sólo la información nutricional sino también, la lista de ingredientes y otros datos útiles tales como el tamaño de la ración por ejemplo.
Controlar las porciones
En los restaurantes o en los locales de comida rápida, las porciones se han ido incrementando notablemente en el tiempo, ayudando al incremento de la obesidad.
Los humanos tendemos a comer todo lo que nos sirven, por lo que servir el plato antes de llevarlo a la mesa y hacerlo con una menor cantidad de alimento puede ser de gran ayuda.
Asimismo, no comer del envase, evitar distracciones, y otros trucos más pueden ser muy útiles al momento de controlar las porciones y lograr una dieta con cantidades adecuadas, que beneficie la salud del organismo.
Cocinar más en casa
Cocinar en casa es clave si queremos comer más sano y así lograr un verdadero cambio de hábitos. Podemos empezar aprendiendo a realizar preparaciones sencillas y pronto nos daremos cuanta lo mucho que puede cambiar nuestra dieta cocinando en casa.
Sabremos exactamente lo que comemos, podemos equilibrar el menú diario si organizamos nosotros mismos las comidas y si planificamos bien, no tendremos que dedicar mucho tiempo a la cocina. Lo mejor es que podremos convertir platos calóricos en mucho más sanos.
Masticar bien cada bocado
Una vez elaborada y servida la comida, es recomendable disfrutar al máximo cada bocado que ingresa en la boca y al mismo tiempo, favorecer la saciedad con su consumo masticando bien cada trozo de alimento.
La masticación correcta no sólo sacia sino que ayuda a digerir y disfrutar más lo que comemos, por lo que siempre es beneficioso para el logro de una dieta saludable y consciente. Recomendamos para masticar más escoger alimentos duros que además por ser crujientes nos agradan como pueden ser frutos secos y semillas o platillos que los contengan, frutas con piel como manzanas, cereales integrales, entre otros.
Toma agua natural como bebida habitual
Los líquidos no producen igual saciedad que los sólidos, por lo que si escogemos bebidas con calorías como refrescos azucarados o jugos podemos estar sumando energía sin darnos cuenta y sin beneficiar en nada la salud, sino todo lo contrario.
Estar bien hidratado puede favorecer el control del peso y si reemplazamos bebidas con calorías por agua sin duda la calidad de nuestra dieta mejorará así como también, podremos producir sin esfuerzo una notable pérdida de peso.
Por eso, un buen hábito para incorporar a la dieta es beber agua de manera habitual y dejar los jugos naturales y licuados sólo para momentos y ocasiones especiales, es decir, solamente de vez en cuando.
Incluye alimentos saciantes
Para estimular la saciedad y así controlar mejor lo que comemos, resulta de gran ayuda escoger alimentos ricos en agua, fibra o proteínas para nuestra dieta habitual.
Los alimentos ricos en agua como frutas y verduras o preparaciones como sopas, gelatinas y similares son saciantes y nos ofrecen mucho volumen sin muchas calorías. Por su parte los alimentos ricos en fibra sacian porque demandan mayor trabajo digestivo y frecuentemente exigen masticación, mientras que las proteínas ayudan de muchas formas a saciarnos y resultan clave cuando buscamos perder peso.
Así, escoger legumbres, cereales integrales, frutas y verduras frescas, clara de huevo, carnes magras y pescado para sumar a la dieta habitual puede ser clave para saciarnos con facilidad.
Autoevaluar la dieta
El autocontrol cotidiano siempre es de ayuda en diferentes aspectos de nuestra vida y en alimentación no tiene porque ser diferente. Conocer nuestra dieta, llevar un control de lo que comemos e intentar siempre mejorar lo posible es vital para comer más sano de una vez y para siempre.
Para lograrlo podemos emplear una bitácora de alimentos o registrar todo lo consumido y bebido a lo largo del día. En un principio, es recomendable escribirlo para adoptar el hábito pero al cabo de unas semanas, ya lo harán mentalmente y sin dificultad.
Este autocontrol implica por ejemplo saber si nos hemos pasado en cantidades en una comida y debemos compensar después así como también, si en el día no hemos consumido proteínas por ejemplo y debemos acudir en la próxima ingesta a algún alimento o plato que las contenga.
Este último hábito es lo que determina el logro de una dieta saludable y sostenible en el tiempo, pues para autoevaluar debemos haber logrado mucho conocimiento y experiencia previa en el logro de una alimentación mejor.
Cambiar de hábitos lleva tiempo y por ello, necesitamos constancia y disciplina diarias, pudiendo comenzar por un hábito a la vez y así, lograr finalmente una alimentación sana para siempre que nos permita decirle adiós a las dietas estrictas de manera definitiva.
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Fuente: Vitónica