El zinc es uno de los oligoelementos fundamentales para mantener nuestro organismo saludable. De hecho es el elemento que se encuentra en segundo lugar en cuanto a concentración se refiere, únicamente por detrás del hierro.
Este micromineral está relacionado con más de 200 reacciones químicas a nivel celular e implicado en todos los sistemas de mantenimiento y regulación corporal, pero además está directamente relacionado con nuestros niveles hormonales.
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Funciones del zinc
El zinc es un mineral esencial para la división celular y la síntesis de ADN y proteínas, pero además de esto, este oligoelemento tiene especial relevancia para la metabolización de tóxicos como por ejemplo, el alcohol.
Otra de las funciones básicas del zinc es el correcto funcionamiento del órgano reproductivo y el equilibrio de determinadas hormonas como la testosterona.
A pesar de ser un mineral que no se tiene demasiado en cuenta, en realidad es un elemento que no solo controla la actividad metabólica de cientos de enzimas corporales, sino que también está relacionado con los niveles de testosterona, hormona que va a controlar parte de nuestro incremento muscular.
Además de eliminar gran parte del zinc a través de secreciones biliares, pancreáticas e intestinales, los deportistas también lo pierden a través de la transpiración, de ahí que muchos de ellos alcancen niveles deficitarios de este mineral. Por eso debemos tener en cuenta si entrenamos regularmente, que nuestro organismo no carezca de este oligoelemento.
Beneficios del zinc
Sistema inmunológico: un correcto aporte de zinc fortalece nuestro sistema inmunológico frente a infecciones o enfermedades causadas por agentes externos, por lo que ante una deficiencia se reduce la producción de glóbulos blancos encargados de esta protección.
Sistema hormonal: el zinc equilibra la correcta secreción hormonal, tanto de la testosterona -de vital importancia en la vida del deportista- como de otras hormonas de crecimiento, participando en los procesos de recuperación y reparación muscular.
El zinc también previene la creación excesiva de aromatasa, encargada de transformar la testosterona en estrógenos. Cuando ésta alcanza niveles de presencia elevados, pueden aparecer efectos secundarios adversos como la propensión a acumular grasa o la dificultad a preservar masa muscular.
Estado de ánimo: algunos cuadros depresivos pueden estar relacionados con un déficit en nuestro aporte diario de zinc. Controlar la dosis de alimentos ricos en vitamina B y zinc, puede ser un buen aliado para levantar el estado de ánimo.
Correcto funcionamiento de la próstata: el zinc es fundamental para el correcto desarrollo y comportamiento de los aparatos genitales, así como en la reproducción y fertilidad. Pero además adquiere una gran relevancia a la hora de prevenir problemas de próstata, ligados generalmente a personas con bajos niveles de zinc.
Insulina: unos buenos niveles de zinc ayudan en el incremento de sensibilidad a la insulina por parte de los tejidos. El zinc es un buen aliado de la insulina que, a través de su unión, adecua las cantidades necesarias que deben de ser transportadas a las células haciéndolas llegar en forma de glucosa. Ayuda en el mantenimiento de los sentidos del olfato y del gusto así como un correcto funcionamiento ocular.
Signos de deficiencia de zinc
Más del 80 por ciento de la cantidad de zinc de nuestro organismo está presente en músculos, huesos, testículos, cabellos, uñas y tejidos pigmentados del ojo; de ahí que una deficiencia de este elemento puede ser fácilmente visible en estas zonas. Estos son varios signos que te alertarán de que tu cuerpo carece de zinc:
- Cansancio o fatiga excesiva
- Pérdida de cabello
- Aparición de manchas blancas en uñas
- Pérdida de gusto, olfato o alteraciones oculares
- Piel grasa o con predisposición al acné
- Mala cicatrización de heridas
- Alteraciones en el crecimiento o desarrollo sexual
- Impotencia, infertilidad o trastornos prostáticos
- Pérdida de apetito
- Debilidad en el sistema inmune
Cantidades recomendables
Una suplementación de zinc excesiva, por encima de los 100mg/ día, puede conllevar serios efectos adversos. La ración diaria recomendada (RDA) de zinc en varones adultos es de 15mg/día, mientras que para mujeres desciende a los 12 mg/día, salvo en el caso de aquellas que estén en etapa de embarazo o lactancia donde las cantidades recomendables ascienden hasta los 15-19 mg/ diarios.
En los casos en que exista una severa deficiencia que no pueda ser solventada únicamente a través de la alimentación, la dosis de zinc en suplementos externos no deberá sobrepasar un aporte de 30mg. Una administración bruscamente superior de zinc puede incurrir en problemas gastrointestinales, inmunológicos o en deficiencias de otros elementos como hierro o cobre.
Algunos alimentos ricos en zinc
Mariscos (principalmente ostiones y almejas), hígado, carne de res, pollo, pavo, huevo, sésamo, nueces, queso, legumbres, avena, grano entero, calabaza, cebolla, germen de trigo, leche, levadura de cerveza, semillas de girasol, piñones, almendras, avellanas…
Es bien importante que antes de tomar algún suplemento, consultes a un especialista. Cada cuerpo es un mundo y pueden existir contraindicaciones.
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Fuente: Vitónica