Cuando deseamos cambiar hábitos, debemos comenzar con otros nuevos y esto a veces es difícil. Son conductas que conviven con nosotros y que, aunque a veces no nos demos cuenta, llevamos a cabo de manera automática, aun cuando no nos proporcionan ningún beneficio y, en el peor de los casos, hasta nos perjudican.
El primer paso para poder cambiar un mal hábito es identificarlo y reconocerlo.
Hoy en FitWorld te compartiremos algunos de esos malos hábitos que cometemos tanto en el gym como en nuestra dieta y que pueden terminar pasándonos factura.
#1 Hidratarnos de forma inadecuada: ¿qué bebes y cuánto bebes?
Tanto hidratarnos de más cómo hacerlo de menos es inadecuado: cada persona es diferente y necesitará un aporte de líquidos distinto en función de sus características físicas (metabolismo, peso) y también en función de la actividad física que realice. El clima, obviamente, también influye en la necesidad de hidratarnos.
Pero quizás lo más importante es con qué nos hidratamos: la fuente de hidratación principal en nuestra dieta debe ser el agua. Hay muchas personas que con la excusa de que el agua no sabe a nada, deciden hidratarse con refrescos o jugos, aportando de este modo a su organismo una gran cantidad de azúcares u otras sustancias que nos perjudican.
Las bebidas isotónicas en deportistas solo son necesarias si realizamos un entrenamiento de larga duración y a buena intensidad. Las bebidas energéticas, generalmente cargadas de azúcar, no son recomendables para nuestro día a día.
#2 Te mueves solamente cuando vas al gym
Cuando finalizamos el día, si lo calculamos bien, seguramente pasamos más horas sentados que parados. Vamos al trabajo en auto o en transporte público, llegamos y nos sentamos en nuestro lugar frente la computadora y de ahí rara vez nos movemos. Regresamos a casa en auto, 2 horas de tráfico, y cuando llegamos, nos sentamos en el sofá a ver la tele… El cuerpo humano está diseñado para que nos movamos, y lo hacemos mucho menos de lo que deberíamos.
No es cuestión entrenar duro durante dos horas al día y pasar el resto de la jornada moviéndonos poco: es importante que nos mantengamos activos cuanto más tiempo mejor. Una hora en el gimnasio es una pequeña parte de tu día: integra la actividad física tanto tiempo como puedas.
#3 Terminas de entrenar y ¿te vas a casa? ¡No olvides estirar!
En todos los gyms encontramos a personas que, según terminan su entrenamiento salen directos hacia su casillero, recogen sus cosas y se van a casa. ¿Qué pasa con los estiramientos? Debemos concienciarnos de que dedicar unos minutos a estirar correctamente forma parte de una rutina completa de ejercicio: no es algo opcional que podemos o no hacer.
Dedicar unos 10 minutos a estirar nos ayuda a volver a la calma después de haber demandado un esfuerzo a nuestro cuerpo y nos ayuda a facilitar la recuperación muscular.
#4 No lees las etiquetas nutricionales de lo que compras
La industria de la alimentación está diseñada para vender, no para facilitarnos la elección de alimentos sanos y saludables. Por eso los productos procesados tienen cajas o envases de llamativos colores con grandes claims publicitarios como “0% grasas”, “light” o “bajo en calorías”. Pero si no lees las etiquetas nutricionales y los ingredientes que llevan, no sabrás realmente lo que estás comiendo.
Un producto puede perfectamente estar publicitado como “0% grasas” y aun así contener grandes cantidades de azúcar. El problema es que si no nos molestamos en buscar la etiqueta nutricional y leerla solo nos vamos a quedar con ese “0% grasas” que vemos con letras enormes en la parte delantera del producto en cuestión.
#5 “Yo como todo sin grasas”, pero en realidad las grasas son necesarias
Los años 90 fueron la época dorada del “todo sin grasas” porque “las grasas engordan”. Quizás porque asociamos la palabra “grasas” como macronutriente a esa otra grasa que acumulamos en nuestro cuerpo, siempre ha tenido una connotación negativa, y está costando mucho que se entienda que esto no es del todo así.
Las grasas tienen funciones vitales en nuestro organismo: son fuente de energía y reserva de la misma, protegen los órganos, forman parte de la membrana celular, regulan nuestras hormonas… Las grasas o lípidos son necesarios para nosotros: solo tenemos que aprender a escoger los más adecuados.
#6 “Un capítulo más y me voy a la cama”: duermes poco y mal
Seguro estás enganchado a una serie o a un libro y cuando te quieres dar cuenta, son las tres de la madrugada y tú te tienes que levantar a las seis para irte a trabajar y luego a entrenar. O te has quedado trabajando hasta muy tarde, o has salido a cenar, etc. El hecho es que solemos sacrificar las horas de sueño para poder dedicarlas a otras cosas.
Infravaloramos el poder del descanso, y no solo como deportistas, donde incluso es más necesario. Dormir entre siete y ocho horas diarias es vital para la recuperación de nuestros músculos y de los diferentes sistemas de nuestro cuerpo, para descansar también nuestra mente y para levantarnos como nuevos y con energía la mañana siguiente.
#7 “Yo no como nada antes ni después de entrenar, que así bajo de peso”
Siempre que hablamos de dieta nos fijamos mucho en ciertas comidas del día como el desayuno o la cena, cuando es posible que las ingestas más importantes para una persona que hace deporte sean el pre y el post-entrenamiento.
Dependiendo del ejercicio que vayas a realizar, lo que comas antes de entrenar es muy importante: a no ser que ya estés acostumbrado a entrenar en ayunas (que no tiene nada de malo si tu cuerpo responde bien), rendirás mejor si llenas tus depósitos de energía antes de entrenar. Si vas a hacer una pequeña ingesta, que sea treinta minutos antes de entrenar; si es una comida principal del día, al menos dos horas antes para poder hacer bien la digestión.
¿Y qué pasa con el post-entrenamiento? Sabemos que la ventana anabólica permanece abierta mucho más de la media hora que se pensaba hace tiempo , pero es importante que antes o después repongas la energía que has gastado y facilites la reparación de fibras.
#8 De “reventón” el fin de semana
Entrenas duro en el gimnasio de lunes a viernes, llevas una dieta de manera impecable, duermes y descansas todo lo que necesitas; pero llega el fin de semana y… Pizza con los amigos, es sábado noche y por tres o cuatro copas no pasa nada, hay que pasárselo bien, etc.
Esto es mucho más habitual de lo que parece. Que sea fin de semana no nos da licencia para perder todos los esfuerzos de la semana. Si nos tomamos el fitness como un estilo de vida, seguramente tomaremos decisiones más saludables también durante el fin de semana.
Sí, somos conscientes que el fin de semana está para disfrutarlo, pero con cabeza. Podemos fijar durante esos días nuestra cheat meal o comida trampa, pero que no se convierta en “fin de semana trampa”.
En FitWorld te orientamos para que logres tus objetivos, obteniendo grandes resultados y canalizándote con especialistas, espacios de entrenamiento y desarrollo de actividades fitness adecuados. ¡Mándanos un correo electrónico a pontefit@fitworld.mx y te apoyamos en lograr tus metas!
Fuente: Vitónica