Para todos los que empiezan en el mundo del running sabemos que para lograrlo y no dejarlo a la semana resulta complicado. Hacerse de una rutina no es nada fácil y francamente pareciera que en comparación a cargar pesas es cosa sencilla, pero la realidad no es así.
Para los que aman correr y para los que aún no empiezan en este maravilloso mundo, les compartimos unas palabras de la bloguera australiana Carolyn Tate, quien descubrió el método para meditar corriendo y dejar el estrés atrás. Estamos seguros que te identificarás desde las primeras palabras que leas.
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“Cuando corro, mi mente trabaja así: “La subida está muy empinada. Ya me estoy agitando. Siento que mis muslos rozan. ¡Ah, un perro! Nunca estaré tan en forma como antes. Soy una chillona, debo ser más fuerte. Dios, he hecho esto por años, ¿y es lo más que puedo lograr? Tengo sed. Estoy aburrida. ¿Cuánto me falta? Corre hacia ese árbol y luego descansa”. Todo el proceso está lleno de berrinches y negociaciones internas. La diferencia es que se trata de mi mente y no puedo dejar de lamentarme aunque me den un pequeño incentivo, por esta razón aprendí a meditar corriendo.”
Una amiga le recomendó a Carolyn Tate que leyera el libro “Running With The Mind of Meditation”. Lo escribió Sakyong Mipham Rinpoche, líder espiritual de Shambhala (una red global de centros de meditación).
Sakyong, como se le conoce, también es maratonista. Leer el libro ayudó a Carolyn a liberar su mente durante esos 10 kilómetros. Siguió su consejo y entendió lo que Sakyong asegura: que la relación entre meditar y correr es obvia.
Meditar reduce el caos y el estrés, y correr relaja y revitaliza el cuerpo. Si logras meditar corriendo, tu cuerpo y mente trabajan en armonía y te hace sentir vivo y fuerte.
Carolyn añade:
“Me puse la misión de conquistar a mis enemigos internos: mis pensamientos negativos. Los budistas lo llaman “mente del simio”: cuando una mente indisciplinada salta de un pensamiento a otro es como un mono entre árboles. Mis simios llevan mucho tiempo corriendo por todas partes; debo deshacerme de ellos.”
Correr de manera zen
“Mi primer intento de meditar corriendo también fue la primera vez que corrí sin escuchar música. Sentía como si hubiera abandonado mi mantita de seguridad de la infancia. Solo éramos yo, mis tenis y un largo camino enfrente.”
Antes de correr, Sakyong sugiere dedicar unos momentos a visualizar la ruta y pensar qué tan lejos quieres correr. Es importante fijarte en cómo te sientes en ese momento.
“Me concentré en “estar presente”. Intenté pensar en mi respiración. Por supuesto, elegí una ruta con una gran pendiente casi al inicio, así que rápidamente mi respiración se tornó agitada y acelerada. Y concentrarme en ella no me ayudó. Entonces me enfoqué en mis pies. Y sucedió algo increíble: en poco tiempo me perdí en el ritmo de mis pisadas. También noté cómo se sentía mi cuerpo. Me fijé en la tenue luz que se percibía a través de las hojas y caía sobre el camino que estaba frente a mí. Aves. Una lagartija se arrastraba para alejarse de mí. El sonido de un pájaro en la distancia. Luego empecé a pensar: “Vaya, sí sirve. ¡No puedo creer que funcione! ¿Durará a lo largo de toda la carrera? Oh, diablos. Parece que no. La meditación falló. Aún me falta mucho…”.
Carolyn, en lugar de darse por vencid, lo intentó de nuevo y volvió a entrar en ritmo con sus pisadas y a fijarse en su entorno. Así lo hizo durante toda la carrera: meditación–mente de simio–meditación– mente de simio… ¡Y lo logró!: sin música y con ciertos momentos de claridad y maravillosa relajación. Al terminar, descubrió revisando su app, que había mejorado 30 segundos su ritmo por kilómetro.
Doma al simio con estos consejos
La doctora Susy Green, experta en reducción del estrés, comparte estos consejos para que puedas domar al simio:
-Tómate unos minutos antes de salir a correr para estar inmóvil.
-Respira lenta y profundamente: inhala por la nariz y exhala por la boca.
-Cuando empieces a correr, fíjate en tu entorno: el paisaje, los sonidos y los aromas. -Lleva esa conciencia a tu respiración y luego a tu cuerpo.
-Fíjate en cómo entran y salen los pensamientos de tu mente. Si te distrae el hecho de que necesitas comprar cilantro y chícharos para preparar el arroz integral para la cena, regresa calmadamente tu mente al presente.
¿Qué te pareció la experiencia de Carolyn Tate? A poco no te identificaste con los pensamientos negativos y la dificultad que resulta a veces concentrarse o disfrutar el momento en el que estás corriendo.
Esperamos que con esta valiosa experiencia puedas poner en práctica la meditación al momento de correr y puedas disfrutarlo cada día más.
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Fuente: Runners