El Pilates, con todo y que se dio a conocer como “la gimnasia de las famosas”, nació hace casi un siglo. Fue en los años 20 del siglo pasado, cuando el alemán Joseph Pilates, buscaba la solución para mejorar su condición física ya que era asmático y reumático.
En medio de sus investigaciones anatómicas e históricas así como a lo largo de varias experiencias terapéuticas (Joseph Pilates fue médico militar durante la I Guerra Mundial) y deportivas (yoga, gimnasia, musculación, ballet…) nació el Pilates, un método global de puesta en forma física y mental única en su género.
En principio fue una práctica de culto en el mundo de la danza, pero pronto se dio a conocer al gran público. Y es que sus beneficios van mucho más allá de los de cualquier deporte.
En FitWorld somos expertos en asesorarte en cualquier disciplina Fitness que desees practicar. Contamos con una amplia red de especialistas y centros con los que te canalizamos para que puedas obtener los mejores resultados y alcanzar cualquier meta que te propongas.
La base del método Pilates
La idea del método Pilates es la conocer mejor nuestro cuerpo con el fin de aprovechar al máximo cada movimiento para así hacer trabajar a los músculos correctos. Dicho de otra manera, relajar los músculos tensos y tonificar los músculos relajados.
Este método puede ser practicado por personas de cualquier edad y estado físico ya que se trata de una actividad de tipo anaeróbico que no demanda grandes esfuerzos. Se utiliza como terapia de rehabilitación para pacientes con patologías o, simplemente, con dolores de espalda debidos a un trabajo muy sedentario. Los ejercicios se adaptan a las posibilidades y limitaciones de cada persona. Durante las sesiones se busca trabajar los músculos internos para mantener el equilibrio corporal y dar estabilidad y firmeza a la columna vertebral. La respiración está muy controlada y debe acompañar los movimientos del cuerpo.
Según Joseph Pilates, la columna vertebral es la que muestra la verdadera edad de una persona, no las arrugas o los años cumplidos: “Si tiene la espalda rígida a los 30, ya es un anciano. Si la tiene totalmente flexible a los 60, todavía es joven”.
Los principios básicos del Pilates son:
Relajación: cada sesión de entrenamiento comienza por la relajación con el fin de liberar los músculos dominados por su tensión (hombros, nuca…) y trabajar los músculos relajados.
Concentración: el método Pilates es bueno para el cuerpo y para la mente. Para que sea eficaz, es esencial concentrarse en cada movimiento.
Respiración: respirar profundamente abriendo por completo la caja torácica permite una mejor movilidad del cuerpo.
Alineación: una buena colocación de la pelvis y de la columna vertebral es esencial con el fin de evitar desequilibrios musculares y tensiones.
Encontrar el centro: la noción de “centro energético”, región situada entre las caderas y la caja torácica, es el corazón del Pilates. De esta zona debe partir cada movimiento. En la práctica, se trata de meter sistemáticamente el vientre para poner en funcionamiento los abdominales más profundos.
Coordinación y fluidez: para que sean eficaces, los movimientos deben ser efectuados con precisión y maestría. Cada ejercicio se repite pocas veces, pero debe hacerse a la perfección.
Pilates ¿suelo o máquinas?
Ambos métodos -suelo y máquinas- fueron creados por Joseph Pilates. Durante toda su vida Pilates utilizó las dos variantes para trabajar con sus alumnos. Sus primeras máquinas las creó añadiendo muelles a las camas de los pacientes del hospital de heridos de guerra de la isla de Man, donde trabajó como camillero durante la I Guerra Mundial. El trabajo en suelo nunca faltó en el trabajo con bailarines en su estudio de Broadway.
Pilates con máquinas
Una buena idea si eres principiante, es comenzar por Pilates con máquinas, ya que estas nos sirven para asistir el movimiento del cuerpo. En lugar de luchar directamente contra la gravedad en los ejercicios, los muelles de las máquinas de Pilates nos ayudan a ejecutar el movimiento y a conocer las bases del Pilates en suelo. Las resistencias de las máquinas pueden regularse, de modo que nos permiten ir aumentando la intensidad poco a poco. Se consigue un mayor trabajo de brazos y piernas y generalmente, las clases son más individualizadas, por la continua supervisión del instructor.
Las máquinas son también una buena opción para las personas con alguna patología y con movilidad reducida.
Por otro lado, las máquinas de Pilates pueden suponer un reto para aquellas personas que dominan ya el Pilates en suelo y buscan un reto mayor.
Pilates en suelo
El Pilates en suelo es muy exigente ya que no disponemos de una máquina que nos asista en el movimiento: somos nosotros solos controlando nuestro cuerpo. El trabajo es más duro que con máquinas y las primeras sesiones, si no estamos acostumbrados, pueden ser algo complicadas. Se realiza un mayor trabajo de tronco que en la modalidad con máquinas.
Aunque puede parecer que el repertorio de ejercicios de Pilates en suelo es limitado, podemos ampliarlo de manera significativa con el uso de distintos implementos como el magic circle, el foam roller, el fitball, las bandas elásticas, pequeñas pelotas de diferentes tamaños, etc.
Lo más interesante es siempre alternar las dos modalidades en nuestros entrenamientos semanales para obtener lo mejor de cada una de ellas.
Si deseas más información sobre la práctica del Pilates, escríbenos en pontefit@fitworld.mx y con todo gusto te atendemos. ¡#Ponte Fit, Actívate!